No hay límites para la creatividad… o si?

Sí y no, a ver, como explicarlo, es algo así como la libertad, o sea relativa. Ser creativo tiene muchas limitaciones, pero el crear dentro de esas limitaciones es lo que potencia nuestra creatividad.

¿Hay límites para la creatividad entonces? Sí, totalmente, muchísimos! Empezando por el producto o marca sobre cual se realizará un trabajo publicitario, luego tenemos el formato en que trabajaremos, los tiempos, y ciertos condicionamientos por parte del cliente. Pero ¿Cómo valorar esto? Pues el precio es tan relativo como la capacidad de crear, el que genere mejores ideas, que a su vez den resultados esperados y en tiempo ideal, es el que se lleva la torta. Entonces podemos definir a un creativo publicitario como un profesional con todas las letras y no un incomprendido en viaje ácido con Velvet Underground.

Un creativo no puede sentarse a esperar que nazca la magia, debe trabajar por tiempo, en ciertas condiciones, con ciertas herramientas, y eso hace que el trabajo sea serial y organizado.

¿Todos somos creativos? Por supuesto! Algunos desarrollamos más y otros menos, pero todos tenemos el don de la creatividad, de diferentes maneras.

¿Y qué es tener libertad creativa? Sería algo como esto: “Necesito una pieza gráfica para el diario, va salir en blanco y negro, 4 columnas X 20 centímetros, se tiene que ver el logo de la marca, también debe tener nuestros contactos, lo necesitamos para mañana a primera hora, tiene que ser llamativo, lo dejo a tu cargo”… bien, ya tenemos los límites, ahora a crear, dentro de estos parámetros la creatividad no tiene límites… bueno, tal vez el cielo.

No, no me despierto a la medianoche y escribo en un block de notas lo primero que se me ocurre ni soy consumidor asiduo de cine independiente, pero tengo buenas ideas, algunas incluso me las han tomado prestadas sin avisar, y todo forma parte de un ejercicio diario llamado trabajo.

Ati Fernández